La hija del italiano

 


Asmara llega al pequeño pueblo para convertirse en la comidilla de todos, en el tema de las conversaciones y en el centro de las miradas recelosas. Es una joven que viste una indumentaria inusual, pantalones ceñidos y camisetas cortas. Una auténtica provocación para las mentes más tradicionales. Se instala en un viejo caserón objeto de odios ancestrales. Un edificio majestuoso que ha ido perdiendo la brillantez de otro tiempo, cuando en él se celebraban fiestas, bailes, grandes banquetes y los señores contaban con sirvientes, doncellas y cocineras. Una familia maldita, ajena a las costumbres decentes, dedicada a una existencia disipada que mereció el castigo divino, ya que los vástagos morían de extrañas enfermedades.

Frente a la vieja casona, un negocio familiar, una mercería donde una tía y su sobrina, Isa, adolescente atienden a la clientela. Son unas personas decentes, de rígida moral, que cumplen las reglas que la sociedad mojigata de los años setenta impone. La curiosidad de Isa por la recién llegada que vive frente a la tienda se dispara, Asmara se sale de lo común y le resulta fascinante.

Salva es el guaperas de la comarca. Isa se siente afortunada porque se ha fijado en ella y sus amigas la envidian. Las drogas, el sexo, el alcohol y el primer amor se convierten en un carrusel en el que la vida gira a gran velocidad hasta que Salvador, oveja negra de una saga militar y católica, fallece víctima de sus excesos y deja a Isa desolada y con un problema que solo Asmara puede solucionar.

Elena Laseca narra desde una perspectiva feminista los años de cambio que afectaron a la sociedad española tras el fin del franquismo. El aborto, la libertad de las mujeres, largo tiempo anhelada, el divorcio, los niños robados y el final de una etapa gris transitan por esta novela de lectura ágil, una mirada retrospectiva para recordar de dónde venimos.


Título: La hija del italiano

Autora: Elena Laseca

Editorial: Imperium

Páginas: 144

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