Buenos días, tristeza
…cuando estoy en la
cama, al amanecer, sin más ruido que el tráfico de París, a veces me traiciona
la memoria: vuelve el verano con todos sus recuerdos.
Buenos días tristeza, la novela corta de Françoise Sagan escrita en 1954, es una historia transgresora, protagonizada por una adolescente. La madre de Cécile murió siendo ella muy pequeña. Su padre la internó en un colegio donde fue educada por monjas y ahora pasa unas vacaciones con él en la Costa Azul. Raymond ha entrado en la cuarentena, los negocios le van bien y lleva una vida disipada entre mujeres, caprichos y lujo.
Las vacaciones iban a ser un tiempo de descanso y disfrute. Padre e hija y Elsa, la última conquista de Raymond, una joven modelo a la que dobla la edad. Todo va a las mil maravillas, según lo previsto, hasta que de improviso aparece Ann, amiga de la madre de Cécile y antigua conocida de la familia. Anne es una profesional de prestigio, una mujer que ha entrado con paso firme en la madurez, que sabe lo que quiere y que intentará construir una familia junto a Raymond y Cécil organizando su caótica vida.
Cécile se rebela a estos planes, a un futuro pautado, regido por la sensatez y tan distinto al deseado que urdirá una maquiavélica conspiración para impedir que Anne logre su objetivo. Algo que, de manera indeseada, consigue y que será la causa de esa tristeza teñida de culpa que la persigue.
Buenos días tristeza es un duelo entre Cécil y Anne, el resto de
los personajes se hacen presentes en la medida en que son necesarios para argumentar
la historia. Cécil no ha tenido a su madre, se ha educado en un colegio
religioso, y con diecisiete años sale a descubrir el mundo, el amor, la vida. Su
padre la adora, pero desempeña más el papel de amigo, de cómplice y de
compañero de diversión, que el que le corresponde. Es tolerante, no marca
límites, su lema es disfrutar del momento. Se tienen el uno al otro, son
felices a su manera, por eso la figura de Anne viene a trastocarlo todo cuando
se coloca entre ambos.
Buenos días tristeza es una novela de amor, celos y manipulación.
Es también el retrato descriptivo de un sector de la sociedad francesa en la
postguerra. Françoise Sagan triunfó con esta su primera obra, un fenómeno
editorial que plantea sentimientos complejos y lo hace desde la perspectiva de
la protagonista. Conocemos qué pasa por la cabeza de Cécil, por esa mente
adolescente confundida e intrigante, que nos seduce hablando sin tapujos,
haciendo lo que le dicta el corazón, aunque eso, al final, la llene de
remordimiento.
Título: Buenos días,
tristeza
Autora: Françoise
Sagan
Editorial: Tusquets
Editores
Páginas: 184
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