Una mujer en Berlín


Entre los días 20 de abril y 22 de junio de 1945, una mujer anota en un cuaderno cuanto acontece en un Berlín que sufre los estertores de la Segunda Guerra Mundial.

El frente de batalla se había instalado en los alrededores de la ciudad, el sonido de la guerra cambió de repente, el estruendo de las bombas cedió paso al de los obuses de la artillería. Por tierra, el Ejército Rojo avanzaba sin demasiados obstáculos. Desde el aire, los aviones ingleses y norteamericanos no daban tregua a una población exhausta. Berlín era el objetivo. Un error estratégico de Hitler dejó a la población civil a merced del enemigo. En Berlín ya no había suministro eléctrico, el agua potable escaseaba, los alimentos también, la gente se recluyó en los refugios, las barricadas eran ya inútiles.

Tras la derrota alemana, los soldados rusos emprendieron el pillaje. En su mayoría eran jóvenes campesinos, que se quedaron sorprendidos ante un lujo y una forma de vida desconocida para ellos. El comunismo les imponía austeridad y nunca habían disfrutado de los bienes que tenían los alemanes. Empezaron los robos. Los rusos sentían debilidad por los relojes de pulsera, las bicis, las bombillas…, objetos desconocidos para ellos. También comenzaron las violaciones masivas a todas las mujeres, no importaba su edad. Y al cabo de unas semanas una de cada dos mujeres estaba embarazada.

Este es el escenario que nos describe la autora de Una mujer en Berlín, que narra su día a día entre las ganas de vivir, la falta de comida, las idas y venidas al refugio, el miedo, la muerte, las noticias que son rumores y las reiteradas violaciones que sufre por parte de diferentes soldados.

El relato estremece por la crudeza de la situación, que, sin embargo, está descrita con objetividad y libremente, sin omitir detalles de una realidad que estremece por su crudeza. Especialmente duras son las alusiones al trato que recibieron las mujeres por parte de los «ivanes», y admirable la solidaridad que se desarrolló entre ellas para encarar semejantes circunstancias.

En el epílogo de la obra se exponen las razones por las que la autora prefirió que su nombre permaneciera en el anonimato. Hoy se sabe que fue Marta Hillers, una periodista alemana que falleció en Suiza en 2001. Una mujer en Berlín, su diario autobiográfico, se publicó por primera vez en 1954.

Título: Una mujer en Berlín
Autora: Anónimo
Editorial: Anagrama
Páginas: 328

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