El ruiseñor
La guerra llega al pueblo francés de Carriveau. Es 1939, y las
hermanas Vianne e Isabelle Rossignol afrontan esta nueva realidad cada una a su
manera. Su infancia, con un padre destrozado por la Gran Guerra que no les
manifiesta su cariño y una madre muerta, las convierte en dos mujeres muy
distintas. La decepción ante el Gobierno colaboracionista de Vichy aviva la
Resistencia e impulsa a la joven Isabelle a luchar por la liberación de
Francia. Vianne, con su marido combatiendo en el frente y madre, tiene un
carácter más sosegado y reflexivo que el de su hermana, ella se irá amoldando a
las circunstancias.
A las dos protagonistas se suma un elenco de personajes que
aportan facetas imprescindibles para entender cómo influyen las situaciones
extremas en los humanos y les hacen crecer. Sophie, la hija de Vianne, es una
niña de ocho años al empezar la guerra. La ausencia de su padre combatiente la
obliga a madurar pronto y asume ser el soporte anímico de su madre en los
momentos más descorazonadores. Rachel, vecina
y amiga de Vianne, es judía, circunstancia poco propicia en tiempos del
nazismo. Gaëton, Micheline, Anouk
y los otros miembros de la Resistencia, son gente idealista a la que no
arredran los peligros cuando luchan por la libertad de su patria. Antoine Mauriac, el marido de Vianne, soldado
a la fuerza, víctima del sinsentido de cualquier guerra y convertido en una
sombra deshilachada de sí mismo tras la contienda. El capitán Beck y el comandante Von Richter, cara y cruz
del ejército alemán. El primero es un hombre arrastrado por el conflicto bélico,
que aún conserva intactas sus cualidades humanas. El segundo se ha convertido
en bestia y disfruta causando daño. También está Julien, el hijo de
Vianne, que lo ignora todo sobre su pasado y descubre el secreto de su
identidad cuando menos lo espera. Todos estos personajes son imprescindibles
para tener una visión de conjunto sobre la guerra y sus estragos.
La historia que narra El
Ruiseñor está marcada por el sufrimiento, la dignidad y la degradación
humana. También por episodios de admirable heroísmo, pues la guerra saca lo
peor y lo mejor de cada persona. La trama transcurre entre 1939 y 1945, años
duros y sangrientos. También encontramos incisos que nos sitúan en 1995 y en
los que una anciana enferma recuerda el pasado y se revela en un presente que
trae anhelados reencuentros. La verdad oculta termina por aflorar, sin dolor y
sin rencor; porque, como dice el personaje de Vianne, «el amor tiene que ser
más fuerte que el odio, de lo contrario no habrá futuro para nosotros».
Quiero hacer hincapié en la perspectiva femenina de quien
narra, pues solo una mujer podría extraer esta conclusión: «A los hombres les
gusta contar historias. Las mujeres nos limitamos a seguir con nuestras vidas.
Para nosotras fue una guerra en la sombra. Cuando se terminó, no tuvimos
desfiles ni medallas ni menciones en los libros de historia. Durante la guerra
hicimos lo que debíamos y cuando terminó recogimos los pedazos y empezamos de
nuevo».
Kristin Hannah logra sumergir al lector en distintos
contextos: la Francia ocupada, los campos de concentración, la vida cotidiana,
el miedo constante, el hambre y las vivencias al límite. Con una narración ágil
y realista logra el efecto buscado: conmover. El Ruiseñor no es otra novela más sobre la Segunda Guerra Mundial,
es un homenaje a las personas que lucharon y murieron en ella, a las que
sobrevivieron afrontando desafíos
impensados y se hicieron más fuertes, a todos los héroes anónimos que nadie
recuerda y que, sin embargo, consiguieron cambiar el devenir de la Historia.
Título: El ruiseñor
Autora: Kristin Hannah
Editorial: Epublibre
Páginas: 415
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