Te veo triste
Las novelas de Fernando Sanmartín tienen el
don de llegar a mí en el momento preciso, ni un segundo antes. Hace días que Te veo triste, su última novela,
permanecía esperando apilada junto a otras lecturas pendientes. Acaricié la
portada y la deposité con mimo entre los demás libros, hasta que las saetas del
tiempo marcaron la hora. Entonces me atreví a destapar las páginas y a recorrer
las líneas, con el íntimo presentimiento de ser tocada por las palabras que iba
a leer.
Fernando Sanmartín es un hombre que me admira
por sus certezas, capaz de escribir “es” donde yo pondría “quizá”, y mi
naturaleza escéptica se rinde ante la contundencia de sus aseveraciones. “No es
ninguna excentricidad encontrarse a uno mismo, que todos estamos llenos de
apagones, y que hay apagones que duran una noche y hay otros que pueden durar
semanas”, años, incluso toda la vida añadiría yo. De esta búsqueda parte Te veo triste. Marta Sampiero, la
protagonista, indaga en el pasado de su padre para averiguar quién es ella, la
huérfana que vivió dos orfandades, la de su madre impuesta por la muerte y la de
su padre, que fue la opción elegida por un desapego ficticio. Ahora que la
soledad se materializa sin paliativos, Marta descubre una faceta de su padre
que no conocía: la de hombre, y debe cumplir su encargo: “Dile a Carmen Cabrera
que he muerto”.
Encontrar a Carmen y obedecer el deseo de su
padre muerto son los objetivos, aunque para lograrlo haya que dejarse jirones
de alma en el camino, remover papeles, levantar el polvo del pasado y quitarle
telarañas a una vida marcada por la búsqueda: de la libertad, de la felicidad,
del amor, de la realización personal… De esas metas que nos fijamos todos y que
no siempre alcanzamos, unas veces por pereza, otras por desánimo, otras porque
nos merman las fuerzas o descubrimos que la felicidad es un deseo inútil que
nos llena de infelicidad, paradojas de nuestra condición humana. Pero Marta
Sampiero es de las personas que no se rinden, que perseveran, que poseen un
motor interno que las impulsa.
Fernando Sanmartín nos lleva de la mano por
oscuras estancias en las que siempre pervive encendida la luz, una luz especial
e invisible a los ojos del que no cree que sea posible salir a la vida y
encarar el futuro como un destino válido para vivir. Fernando Sanmartín nos
invita a viajar por las calles de Zaragoza, por rincones de Varsovia, bajo la
lluvia de Dublín. Con sus palabras suaves me conduce por recovecos que vuelvo a
recorrer, porque mi padre también acaba de morir, porque he vivido y sentido
escenas y emociones en ese lado del espejo en el que nada brilla y la realidad
es mate, un escenario que él refleja a la perfección.
Título de la obra: Te veo triste
Autor: Fernando Sanmartín
Editorial: Xordica
Páginas: 120
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